martes, 15 de febrero de 2011

La Bacteria Vibrio Cholerae

La Bacteria Vibrio Cholerae

El cólera es una enfermedad diarreica aguda que, si no se trata, puede causar la muerte en cuestión de horas. Es causado por la ingestión de alimentos o agua contaminados con el bacilo Vibrio cholerae. Todas las especies de este género son bacilos gramnegativos curvos con uno o más flagelos, muy móviles.
aseguraron que ninguno se originó en el país sino que corresponden a personas contagiadas en una celebración en República Dominicana.

Se calcula que cada año se producen entre 3 millones y 5 millones de casos de cólera en el mundo y entre 100.000 y 120.000 defunciones y su breve periodo de incubación (entre 24 y 48 h) acrecienta el carácter potencialmente explosivo de los brotes epidémicos. Hasta el jueves 10 de Febrero Las autoridades venezolanas contabilizaron  239 casos de cólera y
La ministra de Salud Eugenia Sader indicó que el "100% de los casos" que permanecen bajo tratamiento "son parte del grupo familiar que viajó a República Dominicana el pasado 22 de enero".


Durante el siglo XIX, el cólera se propagó por el mundo y 7 pandemias en sucesión mataron a millones de personas en todos los continentes. La actual pandemia (la séptima) comenzó en el sur de Asia en 1961 y llegó a África en 1971 y a América en 1991; actualmente es una enfermedad endémica en muchos países.
V. cholerae — el O1 y el O139— son los causantes de los brotes epidémicos, siendo el O1 el responsable de la mayor parte de los brotes. Las otras cepas distintas pueden causar diarrea leve, pero no dan origen a epidemias. Recientemente se identificaron nuevas cepas variantes en varias partes de Asia y África, las cuales pueden causar un cuadro de cólera más grave con tasas de letalidad más elevadas, por lo que se recomienda ejercer una vigilancia epidemiológica cuidadosa de las cepas circulantes.

Se han identificado unos 200 serogrupos, de los cuales dos de

El cólera se mantiene siguiendo un ciclo de transmisión hombre-medio ambiente-hombre. Se desconoce la forma en que sobrevive el microorganismo durante los periodos inter-epidémicos, aunque es probable que los organismos marinos jueguen un papel importante. Su hábitat natural es el agua salada de la costa y los ríos salobres, donde el microorganismo vive en estrecha vinculación con el plancton. Los seres humanos se infectan de forma accidental, pero una vez infectados pueden actuar como vehículos de diseminación de la enfermedad.

Muchos pacientes eliminan vibrios por unos días cuando han recibido tratamiento con antibióticos, y sin el tratamiento la duración de su excreción es de una a dos semanas.

La dosis mínima infecciosa es de 100 millones de bacterias, aunque puede variar y la susceptibilidad depende de las condiciones de inmunidad de la víctima. La dosis infecciosa disminuye mucho en aquellas personas que utilizan antiácidos o en los que el pH gástrico es neutralizado por alguna causa. Durante los brotes el mecanismo de transmisión más frecuente es la ingestión de agua contaminada con vómitos o heces de pacientes, así como de alimentos contaminados al haber estado en contacto con agua, manos y moscas portadores de V. cholerae. El bacilo puede persistir en el agua por largo tiempo; así, la ingestión de alimentos crudos o mal cocidos procedentes de aguas ocasiona brotes o epidemias.

En último término, el cólera es una enfermedad mediada por toxinas y la diarrea acuosa característica se debe a la acción de una potente enterotoxina producida por el organismo en el intestino delgado. Esta determina una serie de fenómenos que llevan a la acumulación de cloruro de sodio (sal) dentro de la luz intestinal, arrastrando agua hacia dicho espacio y cuando el volumen de dicho líquido supera la capacidad absortiva del resto del intestino, se produce la diarrea acuosa característica de la enfermedad. Adicionalmente, la toxina también potencia la secreción intestinal contribuyendo con la diarrea.

Síntomas
El cólera es una enfermedad muy contagiosa que afecta a niños y adultos y puede ser mortal en cuestión de horas; sin embargo, aproximadamente el 75% de las personas infectadas con
V. cholerae no presenta ningún síntoma, a pesar de que el bacilo está presente en sus heces fecales durante 7 a 14 días después de la infección y vuelven al medio ambiente, donde pueden infectar a otras personas.
80% de las personas que presentan síntomas estos son de leves a moderados: 20% padece diarrea acuosa aguda con deshidratación grave y si no se da tratamiento, esta puede llegar a ser mortal.
Los síntomas más frecuentes son:
1.    Diarrea acuosa indolora con un número elevado de deposiciones (hasta 30 ó 40 en 24 h).
2.    Las evacuaciones tienen un tono blanquecino con pequeños gránulos. Cabe destacar que esta diarrea tiene un ligero olor no molesto.
3.    La diarrea se acompaña con vómito, lo que provoca una rápida pérdida de agua y electrolitos, ocasionando una rápida deshidratación.
4.    Por lo general NO causa fiebre (o ésta es moderada).
5.    Apatía, decaimiento.
6.    Frialdad, palidez, cianosis.
7.    Calambres musculares.
8.    Hipotensión manifiesta, pulso débil y taquicardia.
 
Factores de riesgo
De manera característica, las zonas de riesgo son las barriadas periurbanas, donde no hay infraestructura sanitaria básica, así como los campos para personas desplazadas o refugiadas, donde no se cumplen los requisitos mínimos de agua limpia y saneamiento. Es muy importante tomar en cuenta el antecedente de viajes a áreas endémicas o contacto con personas infectadas.
Recientemente se ha observado el resurgimiento de esta enfermedad en paralelo con el aumento incontenible de los grupos de población vulnerables que viven en condiciones de falta de higiene.
 
Tratamiento
El cólera es una enfermedad que se trata fácilmente. Hasta el 80% de los casos puede tratarse satisfactoriamente mediante la pronta administración de sales de rehidratación oral, mientras que a los enfermos gravemente deshidratados hay que administrarles líquidos intravenosos, además del suministro en ambos casos de antibióticos apropiados para acortar la duración de la diarrea, reducir el volumen de líquidos de hidratación necesarios y abreviar el tiempo en que se excreta la bacteria. La administración masiva de antibióticos NO es recomendable debido a que no surte efecto sobre la propagación de la enfermedad y contribuye a producir resistencia bacteriana.
Con un tratamiento apropiado, la tasa de letalidad debe ser inferior a un 1%, por lo que es vital acudir al médico lo antes posible ante la sospecha de la presencia de la enfermedad.
La estrategia de intervención en cuanto se detecta un brote consiste en brindar un pronto acceso al tratamiento y evitar la propagación de la enfermedad mediante el suministro de agua potable, saneamiento apropiado y educación sanitaria para mejorar la higiene y las prácticas de manipulación segura de los alimentos por la comunidad. El suministro de agua potable y saneamiento representa un problema formidable, pero sigue siendo un factor de importancia decisiva para reducir las repercusiones del cólera.
 
Vacunas anticoléricas orales
Actualmente se comercializan dos tipos de vacunas anticoléricas orales que son inocuas y eficaces. Ambas se elaboran a base de bacilos muertos, se administran en dos dosis, separadas por un intervalo que varía entre 7 días y 6 semanas y brindan una protección superior al 50% que dura dos años en condiciones de endemicidad.
La vacuna Dukoral está precalificada por la OMS y cuenta con licencia de comercialización en más de 60 países. Se ha demostrado que, al cabo de 4 a 6 meses de su aplicación, confiere una protección a corto plazo de 85% a 90% contra
V. cholerae O1.
La OMS recomienda que en las zonas donde el cólera es endémico o donde existe el riesgo de que se produzcan brotes epidémicos la administración de la vacuna anticolérica oral se acompañe de las medidas de control normalmente prescritas. La vacuna surte un efecto por corto tiempo, mientras se llevan a cabo las actividades a más largo plazo como el mejoramiento del abastecimiento de agua y el saneamiento ambiental.
La vacunación debe centrarse en los grupos vulnerables que viven en zonas de riesgo elevado y no debe interrumpir la aplicación de otras intervenciones para controlar o prevenir las epidemias de cólera.
Claves para evitar y controlar brotes de cólera:
1.    Hervir el agua para el consumo humano (durante 10 minutos) o purificar con tratamiento químico apropiado (0,2mg. de hipoclorito o cloruro de calcio por litro de agua).
2.    Consumo de alimentos cocidos (carne, verduras, frutas, etc.). Lava y desinfecta las frutas.
3.    Ebullición y/o pasteurización de la leche. Fomento de lactancia materna.
4.    Protección de los alimentos con respecto a moscas y suciedad. Combate a moscas en viviendas y alrededores.
5.    Lavado de manos antes de las comidas y después de la defecación.
6.    Disposición adecuada de las heces humanas.
7.    Toda persona con síntomas de la enfermedad debe acudir con urgencia al centro médico más cercano.
 
Dr. Rigoberto J. Marcano Pasquier @rimarcan
Medicina Interna
Ambulatorio Medis. C.C. Santa Fe Caracas.

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