Estimados Hatillanos: Como ya muchos sabrán, hoy domingo 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente y no quiero dejarlo pasar sin hacer, como siempre, las consabidas reflexiones. La desidia en la que este desgobierno ha sumido a nuestro país ha destruido valores, industrias, buenas costumbres y de paso, el medio ambiente. En nuestro caso particular, en El Hatillo, podemos reportar tala de madera indiscriminada, contaminación de quebradas por el crecimiento desproporcionado y poco planificado de la zona rural, es decir, anarquía.
Zonas como Sabaneta, Gavilán, Tusmare, Prepo, Moreno, Monterola, La Calina, Sisipa, La Juana, Turgua, San Andrés, La Hoyadita y La Mata deberían funcionar actualmente como lo que son, zonas protectoras para el Área Metropolitana de Caracas que cada vez está menos verde y más ranchificada. Es esa voracidad con la que se expropian terrenos y se talan bosques la que está espantando a buena parte de la fauna cuyo hábitat ven invadido. Caracas, para los que no lo sabían, alberga un 40% de las aves de toda Venezuela, por ello es tan común ver volando por nuestros cielos, loros, guacamayas, guacharacas y hasta lechuzas. La superpoblación de la capital incide directamente sobre quebradas y ríos, pues los desechos de este crecimiento anárquico van directamente a las aguas otrora cristalinas y aprovechables.
En Guayana, lejos de recuperarse “para el pueblo” las vetas de oro, han pasado de manos privadas a manos robolucionarias que siguen contaminando con mercurio y plomo los cauces de Ríos y riachuelos. El Parque Nacional El Ávila, una vez que su nombre fue cambiado a uno más autóctono y conservacionista, Guaraira Repano, se ha visto invadido en sus faldas por el cordón indetenible de miseria. Casas improvisadas de zinc y cartón dan la bienvenida al inmenso cerro verde a la altura de La Pastora. Y por el estado Vargas este desgobierno autorizó subir el nivel de la cota, para y que construir desarrollos habitacionales sin planificación alguna, sino que salió de la improvisación irresponsable del inquilino de miraflores, un caos permitido por este gobierno irresponsable y populista que prefiere sacrificar el medio ambiente y no su destino político. Es tal la retaliación política, que hasta la recolección de basura la han politizado, entorpeciendo su manejo en un municipio u otro con fines meramente electorales y no ambientales.
Por eso, amigos hatillanos, debemos encarar nuestros próximos retos electorales con una visión general de los problemas, incluyendo el ambiental. El cambio que buscaremos en 2012 debe ser también ambiental, conservacionista, progresista. Debemos pensar en esos venezolanos que habitarán esta bella patria en los próximos siglos. Como diría el Tío Simón en la canción de Franco de Vita, Al Norte Del Sur “¿qué le entregarás a tus hijos cuando crezcan? Jamás te lo perdonarán…….”
Exijamos pues al Gobierno un trato justo con el ambiente, detener las invasiones y el crecimiento caótico, populista y anárquico. Gritemos a los cuatro vientos que en Caracas no cabe otra Caracas como piensa de forma irresponsable Farruco Sesto El Ranchificador. Debe ser La Guardia Nacional ahora Bolivariana, la que, en vez de lanzar gas del bueno, cuide cada metro cuadrado de nuestro verde y bello territorio. Son esos funcionarios castrenses quienes deben hacer honor a sus cargos y mantener a raya a todo aquel que pretenda atentar contra nuestro medio ambiente sea en nombre de quien sea.
Digámosle no a la tala indiscriminada de árboles en El Hatillo, No a la quema de nuestros pulmones vegetales, no a la anarquía.
LEANDRO PEREIRA CORTEZ
CONCEJAL DE EL HATILLO
PRESIDENTE DE LA COMISION DE URBANISMO, SALUD Y AMBIENTE
DIRIGENTE MUNICIPAL DE ACCION DEMOCRATICA
TWITTER. @concejalpereira
Zonas como Sabaneta, Gavilán, Tusmare, Prepo, Moreno, Monterola, La Calina, Sisipa, La Juana, Turgua, San Andrés, La Hoyadita y La Mata deberían funcionar actualmente como lo que son, zonas protectoras para el Área Metropolitana de Caracas que cada vez está menos verde y más ranchificada. Es esa voracidad con la que se expropian terrenos y se talan bosques la que está espantando a buena parte de la fauna cuyo hábitat ven invadido. Caracas, para los que no lo sabían, alberga un 40% de las aves de toda Venezuela, por ello es tan común ver volando por nuestros cielos, loros, guacamayas, guacharacas y hasta lechuzas. La superpoblación de la capital incide directamente sobre quebradas y ríos, pues los desechos de este crecimiento anárquico van directamente a las aguas otrora cristalinas y aprovechables.
En Guayana, lejos de recuperarse “para el pueblo” las vetas de oro, han pasado de manos privadas a manos robolucionarias que siguen contaminando con mercurio y plomo los cauces de Ríos y riachuelos. El Parque Nacional El Ávila, una vez que su nombre fue cambiado a uno más autóctono y conservacionista, Guaraira Repano, se ha visto invadido en sus faldas por el cordón indetenible de miseria. Casas improvisadas de zinc y cartón dan la bienvenida al inmenso cerro verde a la altura de La Pastora. Y por el estado Vargas este desgobierno autorizó subir el nivel de la cota, para y que construir desarrollos habitacionales sin planificación alguna, sino que salió de la improvisación irresponsable del inquilino de miraflores, un caos permitido por este gobierno irresponsable y populista que prefiere sacrificar el medio ambiente y no su destino político. Es tal la retaliación política, que hasta la recolección de basura la han politizado, entorpeciendo su manejo en un municipio u otro con fines meramente electorales y no ambientales.
Por eso, amigos hatillanos, debemos encarar nuestros próximos retos electorales con una visión general de los problemas, incluyendo el ambiental. El cambio que buscaremos en 2012 debe ser también ambiental, conservacionista, progresista. Debemos pensar en esos venezolanos que habitarán esta bella patria en los próximos siglos. Como diría el Tío Simón en la canción de Franco de Vita, Al Norte Del Sur “¿qué le entregarás a tus hijos cuando crezcan? Jamás te lo perdonarán…….”
Exijamos pues al Gobierno un trato justo con el ambiente, detener las invasiones y el crecimiento caótico, populista y anárquico. Gritemos a los cuatro vientos que en Caracas no cabe otra Caracas como piensa de forma irresponsable Farruco Sesto El Ranchificador. Debe ser La Guardia Nacional ahora Bolivariana, la que, en vez de lanzar gas del bueno, cuide cada metro cuadrado de nuestro verde y bello territorio. Son esos funcionarios castrenses quienes deben hacer honor a sus cargos y mantener a raya a todo aquel que pretenda atentar contra nuestro medio ambiente sea en nombre de quien sea.
Digámosle no a la tala indiscriminada de árboles en El Hatillo, No a la quema de nuestros pulmones vegetales, no a la anarquía.
LEANDRO PEREIRA CORTEZ
CONCEJAL DE EL HATILLO
PRESIDENTE DE LA COMISION DE URBANISMO, SALUD Y AMBIENTE
DIRIGENTE MUNICIPAL DE ACCION DEMOCRATICA
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