Atrás parece haber quedado la etapa en la que el Presidente Chávez era el más simpático de la fiesta. En todas las cumbres y encuentros internacionales echaba chistes, rompía el protocolo y se tomaba fotos bastante relajadas en comparación con los acartonados líderes de siempre. ¡Qué chévere es Chávez! ¿Lo recuerdan?
Sin embargo algo supone estar volteando la tortilla. Algunos invitados a esa fiesta parecen estarle diciendo ahora en el oído “oye hermano, ya no eres gracioso, tus chistecitos definitivamente ya no da risa”. El último trimestre del 2007 ha dado fe de ello con pruebas contundentes. En la cumbre celebrada en Chile el “¿Por qué no te callas?” del Rey de España fue el inicio de una inocultable cadena de errores, desaciertos y chistes malos que rayan en lo tragicómico.
Pero el alumno no aprendió. En la reunión de la OPEP se persignó frente a jeques y reyes musulmanes, a sabiendas ¿o no? del fundamentalismo religioso de aquellos. Planteó una serie de propuestas que por descabelladas no fueron tomadas en cuenta. De nuevo el boomerang se devolvió contra él para recordarle que su espontánea gracia de otrora se está esfumando.
Ya con dos reveses internacionales en su golpeado ego continuó su gira hacia París. Allí se presentó sin las pruebas de vida de los secuestrados por las FARC. Es decir, un mensajero sin mensaje, un absurdo. Su rol de mediador, tan oportuno para su proyecto político, se desmoronó.
La guinda de la torta fue el impasse con el mandatario colombiano, lo que nos ha colocado al borde de una crisis diplomática y comercial sin precedentes. Escasez y mil millonarias pérdidas es lo que se nos viene encima por la boconería del personaje. El Premio Nóbel de la Paz, muy útil para dar un segundo aire a su papel de libertador redivivo, de Che Guevara moderno, se lo darán a otro. Seguro a un líder prudente y con compromiso democrático comprobado.
Sin embargo algo supone estar volteando la tortilla. Algunos invitados a esa fiesta parecen estarle diciendo ahora en el oído “oye hermano, ya no eres gracioso, tus chistecitos definitivamente ya no da risa”. El último trimestre del 2007 ha dado fe de ello con pruebas contundentes. En la cumbre celebrada en Chile el “¿Por qué no te callas?” del Rey de España fue el inicio de una inocultable cadena de errores, desaciertos y chistes malos que rayan en lo tragicómico.
Pero el alumno no aprendió. En la reunión de la OPEP se persignó frente a jeques y reyes musulmanes, a sabiendas ¿o no? del fundamentalismo religioso de aquellos. Planteó una serie de propuestas que por descabelladas no fueron tomadas en cuenta. De nuevo el boomerang se devolvió contra él para recordarle que su espontánea gracia de otrora se está esfumando.
Ya con dos reveses internacionales en su golpeado ego continuó su gira hacia París. Allí se presentó sin las pruebas de vida de los secuestrados por las FARC. Es decir, un mensajero sin mensaje, un absurdo. Su rol de mediador, tan oportuno para su proyecto político, se desmoronó.
La guinda de la torta fue el impasse con el mandatario colombiano, lo que nos ha colocado al borde de una crisis diplomática y comercial sin precedentes. Escasez y mil millonarias pérdidas es lo que se nos viene encima por la boconería del personaje. El Premio Nóbel de la Paz, muy útil para dar un segundo aire a su papel de libertador redivivo, de Che Guevara moderno, se lo darán a otro. Seguro a un líder prudente y con compromiso democrático comprobado.
...DEL ESCRITORIO DEL CONCEJAL LEANDRO PEREIRA PUBLICADO EL 29 NOVIEMBRE DE 2007
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